La crisis ha afectado a la inclusión de muchos adolescentes en la sociedad tecnológica

Nota de prensa

Del año 2012 al 2014 el número de niños y niñas de diez a quince años con móvil en Cataluña ha disminuido y ha pasado del 63,2 % al 57,8 % según la información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística. A pesar de ello, dos de cada cinco niños catalanes de diez años (23,9 %) tienen móvil. A partir de once y doce años, la cifra aumenta considerablemente y pasa a nueve de cada diez niños de quince años, es decir: el 90 % tiene este tipo de dispositivo. «Un ajuste de los presupuestos domésticos familiares, la estructura y composición de la familia, la edad de los niños y niñas y la comunidad autónoma donde viven» explican este descenso, según Julio Meneses, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

El experto alerta de la incidencia «del contexto socioeconómico de los niños y las niñas, en un periodo de recesión y crisis económica», que «refleja la desigualdad de oportunidades y condiciona su relación con la tecnología». En esta situación económica también han repercutido las estrategias de marketing de las compañías telefónicas con la venta de terminales y la desaparición de los puntos en 2012, que, para Meneses, «son un factor que no se puede descartar que esté implicado y que puede haber tenido impacto en la decisión de compra por parte de las familias». El profesor de la UOC añade que «este hecho se produce precisamente en uno de los periodos en los que la crisis económica ha producido un fuerte impacto en la renta disponible y, por lo tanto, en la capacidad de consumo de las familias».

De hecho, «el porcentaje de niños con móvil es más bajo entre las familias españolas que tienen menos ingresos mensuales netos», afirma Meneses, que apunta que según los datos del INE «el 44,2 % de los niños de diez a quince años que forman parte de hogares con ingresos inferiores a novecientos euros mensuales netos no tiene móvil».

Este experto alerta de que «en una sociedad progresivamente organizada alrededor de redes informacionales, en la que los móviles y otras tecnologías forman parte sustancial de los distintos contextos de la actividad cotidiana, deberíamos estar a atentos a cómo esta desigualdad de oportunidades afecta a los niños; no porque disponer de móvil pueda parecer un capricho, sino porque resulta una herramienta fundamental para desarrollar sus relaciones sociales y, en definitiva, poder participar en su sociedad del mismo modo que lo hacen los adultos».

Otros factores que explican que un adolescente tenga móvil o no tenga

El profesor de la UOC afirma que «los niños que forman parte de familias mayores tienden a disponer menos de móviles» e incide en que «entre las familias monoparentales con uno o dos hijos (76,9 %) y biparentales con un hijo único (70,5 %) el porcentaje de niños y niñas entre diez y quince años que tienen móvil es superior».

Las franjas de edad también ayudan a explicar la disponibilidad de móvil: «existe una relación directa, entre la edad del niño y el tener móvil». El experto añade que, «como es de esperar, los más pequeños muestran una disponibilidad más baja y solo dos de cada cinco niños de diez años (23,9 %) tienen. El porcentaje aumenta notablemente a partir de once años (40,4 %) y doce años (64,3 %), y se llega a un total de nueve de cada diez niños de quince años (90,3 %) que tiene móvil».

La relación con el territorio implica una tasa más baja o más alta en cuanto a tener móvil en ciertas franjas de edad: «los niños catalanes (57,8%) ocupan la penúltima posición en penetración de móviles para esta franja de edad, cifra que solo supera a Cantabria (57,4 %) y que está lejos del conjunto del Estado (63,5 %)». Por encima, encontramos comunidades autónomas con una tasa más alta, como «Madrid (64,7 %), Andalucía (65,6 %) o aquellas que ocupan las primeras posiciones, como son Galicia (69,8 %) y el País Vasco (74,6 %)».


Este texto fue publicado originalmente como nota de prensa en UOC News el 29 de diciembre de 2014. També disponible en català.