En los últimos años se ha puesto de manifiesto la persistencia de una segregación vocacional por género, que se traduce en diferencias significativas entre mujeres y hombres en las diferentes disciplinas a través de las que se organizan los estudios superiores y la posterior trayectoria profesional. En este artículo revisamos la problemática centrándonos en la etapa de educación secundaria. Se analizan los factores que, vinculados al proceso de socialización en la familia y la escuela, explican la falta de vocaciones científicas y tecnológicas de algunas chicas, así como de vocaciones humanísticas y sociales de algunos chicos.