La desigualdad digital es un problema que limita las oportunidades de las personas, no solo por diferencias socioeconómicas, también desde la perspectiva de género y de la educación. La inclusión de conocimientos tecnológicos en las escuelas puede reducir esa desigualdad digital. En Cataluña, aunque fuera del currículo escolar, en algunas escuelas se enseña a programar a los alumnos de primaria. Seleccionamos una escuela por su significación en esa enseñanza y estudiamos sus objetivos y las expectativas generadas. En este artículo se presenta el caso y se explican las opiniones de los actores implicados (desde la dirección del centro hasta los alumnos). Los resultados obtenidos muestran que los objetivos planteados a la hora de introducir la programación en la escuela se limitan a la adquisición de algunas competencias, aunque no quedan suficientemente claros. La conclusión es que a los docentes les falta formación en cuanto a los beneficios que la enseñanza de la programación puede aportar a sus alumnos.